Puede que muchos me consideren un traidor, pero alguna vez intente explicar mi posición y me arrojaron con huevos. Por eso me calle durante tanto tiempo, pero mi querido Arturo Jauretche merece que lo intente otra vez. Él pensaba que la cultura colonialista había invadido nuestro terreno y que nosotros pensábamos a través de esa cultura. Yo creo que tenía razón, pero ahora creo que esa teoría social se ve cada día más fortalecida, tanto que aquellos que tenemos hoy pensamos por fuera del colonialismo parecemos traidores o cipayos. Es para mí un honor ser un cipayo en esta cultura tan extranjerizante y dependiente, tan globalizante y excluyente*.
Hoy más que nunca nuestra sociedad piensa en términos de civilización o barbarie y son esos momentos en que me siento tan lejos del aryentains actual
El CIPAYO (hoy más que nunca)
*Globalizante en momentos de prosperidad económica y excluyente en momentos de crisis, también en el sentido de los capitales que llegan al tercer mundo. Las empresas que llegan del primer mundo son las que ellos expulsaron por contaminar sus territorios.
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