jueves, julio 10, 2025

El baño, ese lugar sagrado

El baño, ese lugar sagrado

Vamos a comenzar a hablar de un lugar más de la casa, pero ¿es solo eso? ¿Cuáles son sus virtudes o defectos? ¿Qué relación mantiene el ser humano con ese aposento tan peculiar?

Son muchas las preguntas que nos mantienen atentos a este recinto. Porque no estamos hablando de cualquier baño, sino de ese con el cual el ser humano mantiene una relación estrecha, casi íntima. Un baño que permite relajarse, pensar y, por qué no, encontrarse con uno mismo.

¿Es el baño un santuario, donde se elevan plegarias a diario? ¿Es acaso un spa improvisado, un refugio personal, o un centro cultural donde uno busca respuestas?

O quizás, simplemente, es un excelente sitio para completar crucigramas, resolver sopas de letras o descubrir verdades interiores durante esos minutos robados al mundo.

Ahora bien, si hay un misterio que desvela a muchos, es el comportamiento de las mujeres en este glorioso recinto. Porque el baño tiene la habilidad de unir a enemigas con tal de no entrar solas. Para ellas, los baños públicos parecen ser auténticos centros de reunión ¿Será un “cono del silencio” al mejor estilo del Agente 86? ¿O quizá un purgatorio compartido?

Sea como sea, el baño es, para todos, un lugar que en ese momento se convierte en nuestro lugar.

La magia del baño radica en su poder de desconectarnos del mundo sobre todo los hombres. Allí depositamos todo lo que nos sobra, mientras incorporamos pensamientos, suspiros y hasta conocimientos. Ese recinto azulejado es, y será siempre, el espacio donde el individuo se encuentra consigo mismo. Por eso, no sería descabellado afirmar que el mejor lugar para conocer a alguien a fondo… es el baño.

Y seamos honestos: ¿quién no ha sufrido esa necesidad urgente de salir corriendo al baño, buscando liberarse de eso que pide salida con desesperación?

¿Quién no ha sentido el placer incomparable de dejarlo ir?

¿Quién no ha suspirado aliviado luego de semejante hazaña?

Sí, el baño es, sin dudas, nuestro lugar en el mundo.

Y algunos hasta sostienen que la vida no es más que ese breve intervalo entre una visita al baño… y la siguiente.